sábado, 8 de diciembre de 2012


Parece que Pitágoras no paraba mucho en su casa, y Enusa, su esposa, aprovechaba tal situación para copular con 4 campesinos analfabetos y bastante catetos que cuidaban sus tierras.   

Un día que Pitágoras volvió temprano a casa (nunca hay que volver antes de lo habitual a casa sin avisar), los sorprendió, y muy enfadado mató a los cinco. Luego decidió enterrarlos en el jardín, un precioso terreno de forma rectangular, el doble de largo que de ancho.    

En consideración a su esposa dividió el terreno por la mitad, quedando dos cuadrados iguales y en uno de ellos enterró a Enusa.    

El otro cuadrado lo dividió en cuatro partes iguales y enterró en ellos a cada uno de los campesinos; de esa forma entre los cuatro ocuparon un espacio idéntico al que ocupaba la esposa.   

Luego, ya más calmado, subió a la montaña para meditar y mirando desde la cima hacia su jardin pensó:    

"El cuadrado de la puta Enusa, es igual a la suma de los cuadrados de los catetos".    

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